Elimina residuos contaminantes a la vez que produce una energía complementaria a las tradicionales. Esa es la principal ventaja del biogás, un tipo de energía que se produce a partir de residuos orgánicos como la basura, las aguas fecales o el estiércol y que cada vez está cobrando mayor importancia en nuestra comunidad autónoma.
De hecho, Castilla y León cuenta en la actualidad con 23 instalaciones de aprovechamiento energético de biogás que producen en torno a 20 ktep/año (toneladas equivalente de petróleo/ año), de los cuales un 93% se destina la producción de electricidad. Y es que para la elaboración del biogás es necesario mezclar los gases que surgen gracias a microorganismos anaerobios, es decir, sin presencia de oxígeno, que descomponen la materia orgánica.
Sabiendo el origen de esta energía no es difícil deducir que nuestro territorio está dotado de un gran potencial de recursos para la obtención del biogás, siendo claramente los residuos ganaderos y de industrias agroalimentarias los más importantes al contar con una gran superficie agrícola y un importante desarrollo de sus industrias asociadas.
Así lo pone de manifiesto el informe de Probiogás, un proyecto cofinanciado por el Ministerio de Ciencia e Innovación que asegura que Castilla y León es la comunidad con más posibilidades: podría producir 2.140 millones de metros cúbicos al año (un cuarto del potencial total español) a partir de subproductos ganaderos, vegetales y lácteos.
Desde la Unión Europea también se impulsan proyectos para apoyar la promoción y producción de biogás en distintos países. Entre ellos, la Junta de Castilla y León participa de este impulso y por ello, el EREN forma parte del proyecto europeo ‘Biogas Regions’, cofinanciado por el programa europeo ‘Energía Inteligente para Europa’. El objetivo de estas iniciativas es favorecer la producción y uso de biogás en siete regiones europeas, siendo una de ellas Castilla y León.
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